sábado, 23 de mayo de 2009

Santiago en Clavijo (y España "abierta")

No sé si se recuerda, si se celebra, pero el 23 de Mayo es (era?) la Fiesta de la Aparición de Santiago Apóstol en la Batalla de Clavijo. Como suena. Con su Misa propia y todo. Vuelvo a decir que no sé si se celebra en algún sitio, quizá allá por la Rioja, donde está Clavijo, al lado de Logroño. No sé. Pero pienso que sería urgente recuperar la Fiesta con su memoria. Muy urgente.
A ver si...a ver si no terminamos como Amsterdam, que dicen que está llenita de "re-tataranietos" de los los vencidos en Clavijo, tanto miedo al Duque de Alba para terminar así. Algún día lo van a llamar con clamores (al Duque).

A mí Clavijo me recuerda una lata de carne de membrillo de Puente Genil, que traía en la tapa el Santiago en Clavijo de Casado de Alisal. Era cuando España era más España, sin titubeos, y se comía de postre y merienda carne de membrillo en su lata, sin pensar en azúcares que engordan ni esas modernuras. Eran unas latas estupendas, como esa de Santiago Matamoros. O, más bien diría yo, "espantamoros": Con su caballo blanco y su bandera con la cruz grana (si digo "cruz roja" puedo confundir), la cruz carmesí que devino luego santiaguista. Y los moros corriendo, espantados, todos en tropel (y en el colmo de la incorrección política, un subsahariano con alfange y cara de horror, el que más corre y sobresale de todos los del cuadro). Y los españoles, cristianos, detrás del caballo blanco, con los brazos en alto, dando vivas a Santiago: ¡¡¡Viva!!!

Hoy el cuadro de Casado de Alisal sería multado y prohibido por orden ministerial, por tantísimas razones que son las contra-razones que exalta el cuadro de Don José Casado de Alisal, gloria de España. Pero ahí está el cuadro, como una cumbre romántica de una de las iconografías más originales de entre todas las "nuestras". Que hizo furor desde la Edad Media, que prospera en el gótico y llega glorioso al renacimiento, el manierismo y el barroco. Y para mayor timbre de gloria, pasó a las Américas, reduplicando su simpática popularidad plus ultra, como Dios manda.

En Sevilla tenemos unos cuantos muy buenos. Empezando por el de Mateo Alessio, en la parroquia de Santiago, manierismo puro; y también el impresionante de Roelas, con un Santiago formidable (el caballo, no tanto), en su capilla de la nave de la Epístola, en la Catedral. A mí me gusta especialmente el de Carreño de Miranda, que está en el Museo de Budapest (una de las mejores colecciones de pintura española fuera de España) con esos azules y grises vaporosos, tan post-velazqueños. Pero el que se me viene a la cabeza es el de la lata de membrillo, poderosamente evocado por mi infantil recuerdo.


La pintura romántica de género histórico tiene esa gracia: O pinta la escena como tú mismo has imaginado, y te sorprende; o, si no la has imaginado, una vez que ves la pintura imaginas la historia tal cual, ya para siempre. Un poderoso efecto.

La Batalla de Clavijo original fue alma de España, la España creciente contra la de-creciente luna de la morisma infiel invasora. Santiago en Clavijo alimentó y alentó tantas batallas, tantas arremetidas al grito de ¡¡¡Santiago, España, Cierra!!! Era a mitad del siglo IX, al poco de Carlomagno, cuando Europa iba saliendo de las espesuras de la barbarie y amanecía la fascinante Edad Media. Y en España reconquistábamos.

¡Oh! A mí me gusta tanto, ustedes comprenderán. Y me gusta más cuando en la enferma y débil España zpera no gustan estas cosas a los des-españoles des-católicos de talante y tolerancia de todo y para todo lo que no sea Santiago, Clavijo, España, y la carne de membrillo (que tampoco les gusta).

A carne de mebrillo de puente Genil enlatada con Santiago en Clavijo, no les puedo invitar, ustedes perdonen. Pero, si ustedes gustan, les dejo la Oración de la Misa propia, por si la quieren rezar, que falta nos hace:

Oremus:
Deus qui Hispaniarum gentium
beato Iacóbo Apóstolo tuo
protegendam mesericórditer tribuisti
et per eum ab imminenti exítio mirabíliter liberasti,
concede, quaesumus, ut, eódem protegente,
pace perfruámur aeterna. Per Dóminum nostrun Iesum Christum...Amen.

(Oh Dios que misericordiosamente encomedaste al Apóstol Santiago la protección de los pueblos de las Españas y por él los libraste maravillosamente de una inminente destrucción, concédenos, te rogamos, que con su protección gocemos de una paz eterna. Por Ntrº Sr. Xtº...Amen).

Como decía, es casi urgente, apremioso, rezar al Apóstol para que haga otra aparición, como en Clavijo y espante - por lo menos - a tanto enemigo, tantos (dentro y fuera).
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